Esta aventura de diseño gráfico y juego con el lenguaje comenzó como un experimento divertido, un placer sin otra intención que oír la maquinaria de la mente y entretenerse. En aquel momento nadie podía pensar que ese espontáneo acto de imaginar, dibujar y escribir extravagantes comentarios al pie se convertiría al cabo de un año, avanzando el 2010, en una práctica creativa por completo absorbente, intensidad que se prolongó durante los tres años siguientes.
Fue durante el 2011 que el trabajo adquirió una dimensión tal que, con Paula Ballano, pensé en presentarlo como un proyecto de edición. El resultado fue una colección de unos setenta nombres, cada uno de los cuales se desarrollaba a lo largo de catorce a dieciocho láminas impresas digitalmente en alta calidad que se enviaban a demanda. Este proyecto, aunque tuvo una vida corta, fue tan intenso e interesante que me sirvió para profundizar tanto en las ideas gráficas como en los contenidos, rigor que convirtió aquel imprevisible y fresco divertimento inicial en el resultado que ustedes pueden ver en esta exposición.
LOS NOMBRES. Es fascinante el tema de los nombres. Resulta imposible imaginar con otro nombre a personas que conocemos bien o íntimamente. Pruebe usted a hacer una cosa: intente imaginar a su hermana o a su hijo, o a su amigo más cercano con un nombre distinto. Hágalo, inténtelo durante unos segundos con ahínco.
Vamos más allá, tratemos ahora de imaginar a una persona “Sin Nombre”… claro, son cosas en las que no pensamos. Lo damos por hecho con la misma naturalidad con la que no cuestionamos que al girar el grifo el agua va a salir o que al despertar mañana abriremos los ojos y veremos las cosas que estaban ahí la noche anterior.
Me pregunto cuándo pudo ser la primera vez que el ser humano se nombró o nombró a otro distinto. No sé si los antropólogos y otros investigadores tienen una respuesta. Espero no saberla todavía hasta que no termine yo de explorar ese enigma tan excitante. ¿Fue la necesidad de diferenciar a sus descendientes? ¿Surge por necesidad práctica? ¿fue el acto de nombrar un acto prometedor, es decir, un acto de señalar una aspiración? ¿ Fue porque nos quisimos parecer a algo asombroso, fuera esto real o imaginario? ¿El nombre era una marca social que surgió describiendo atributos reales, defectos o fortalezas?… en todo caso, antes y ahora, ¿el nombre nos influye, nos condiciona?… Podríamos así continuar añadiendo preguntas, pero el arte, a diferencia de lo que con toda razón desea la ciencia, no tiene prisa en obtener respuestas. Es más, no quiere obtenerlas… pues mantener vibrando las preguntas suele ser para el arte más enriquecedor e interesante.
QUÉ INSPIRA ESTE PROYECTO. Me interesa mucho el modo en que nuestro cerebro percibe y procesa la información generando significados, sensaciones y comprensión…. juego con ello intencionadamente como una práctica de imaginación, disfrute y pensamiento. A partir de ahí el deseo es poder transferir algo de esa experiencia a quien mira las imágenes y escritos. Estimular el potencial de creatividad que todos poseemos, no sólo los niños, es lo que animó el desarrollo de este proyecto. El proceso de trabajo fue absolutamente libre y abierto. Sólo hay un esquema: escribo un breve texto al pie de la imagen. Esto me interesa especialmente porque es esa pequeña frase la que orienta la percepción… o la desorienta intencionadamente. Más allá de esta pauta, el proceso fue muy libre y sensible a las sorpresas; los sucesos se iban desvelando, aparecían y mostraban su naturaleza y su dinámica interior. El proceso empezaba siempre de la misma manera: una hoja en blanco y el nombre sonando en la cabeza como quien llama a alguien; o escuchándolo como si ese alguien se nombrara en voz alta. Y las cosas empezaban a ocurrir…
Ha sido muy placentero realizar esta aventura. Entre otras cosas porque se producía a menudo una conexión casi mágica, una sensación de estar realmente ofreciendo a un niño o a una niña la oportunidad de amar su nombre y desear los mejores acontecimientos para su vida. Me interesaba sobre todo cómo decir cosas que tuvieran sentido con el paso de los años, cómo ocultar significados dentro de estructuras simples que pudieran desvelarse con el tiempo.
ESTE PROYECTO NACE EN UN CONTEXTO. Desde 2007 venía desarrollando un trabajo con ingredientes similares: dibujo y lenguaje; pero cuyo contenido, reflexiones y expresividad eran de un carácter diferente, más introspectivo y orientado hacia ese mundo interior y personal hacia el que enviamos constantes preguntas y que de obtener alguna respuesta suele regresar a menudo en forma enigmática y estimulante.
A ese periodo pertenecen una colección de escritos llamados genéricamente NSCLLs -No Sé Cómo LLamarlos– y otras series denominadas NoDiarios. También un proyecto de textos que en breve verá la luz llamado Booths. Algunos ejemplos pueden verse en las vitrinas que ilustran esos antecedentes.
Cuento esto porque me interesa subrayar una diferencia. El proyecto NombrarHumanos surge de aplicar cierta pulsión creativa al ámbito de lo “exterior” y “colectivo”. Trata de empatizar con el mundo y las personas. Mientras que en NSCLLs y NoDiarios la intención es explorar a solas frente al espejo probando a detectar las perturbaciones sutiles de los acontecimientos personales, Nombrar es establecer intencionadamente vínculos con esa estructura social de la que formamos parte. Me estoy refiriendo, claro, a lo individual y lo colectivo, cuya incesante tensión provoca inagotables corrientes de fenómenos.
En el proyecto NombrarHumanos hay guiños a la pedagogía, al amor, y al puro ingenio ocurrente, a los juegos de palabras, al placer del diseño, a jugar con las sugerencias de algún capricho gráfico, al buen humor y los buenos deseos…
Cuadernos de dibujos y libros de notas 2007_2014 NSCLLs, NODIARIOS … Otros proyectos relacionados.
LA EXPOSICIÓN. En estos momentos Los Nombres ya no se presentan como relatos exclusivos en una sucesión ordenada de catorce o dieciseis láminas. Ahora se entrecruzan para que la trama de significados empiece a revelar lo que tienen en común. En realidad, desde el principio, Los Nombres fueron solamente un pretexto, como llaves, o estrellas lejanas capaces de excitar nuestra imaginación. Lo que se cuenta va más allá del nombre concreto. Siempre se trata de hacer un viaje. Siendo el destino lo de menos ya que el verdadero objetivo es la experiencia de ese viaje. Así que, a finales del 2013 me dediqué a tratar de “entender desde fuera” qué había ocurrido y si el trabajo admitía un cierto análisis tipológico. Descubrí que era casi imposible colocar la realidad en categorías… excepto que las categorías, claro, sean tan flexibles que finalmente no arrojen beneficio alguno. En todo caso llegué a resumir todas las diferencias en estos seis puntos sabiendo que en cuanto me doy la vuelta se rebelan cambiándose de cajón.
1_ SACAR A LAS LETRAS DE SUS CASILLAS.
Juegos y manipulaciones tipográficas
2_ QUE SI TÚ QUE SI YO
Relaciónes intensas Lenguaje-Imagen.
3_ ¿QUÉ VES SI LO MIRAS DEL REVÉS O DE OTRA FORMA?
Estímulo de la Percepción Creativa.
4_ PRIMERO TE LO DIGO Y MÁS TARDE TE LO CUENTO.
Donde el protagonismo está en los textos, poemas, microcuentos, expresiones y chascarrillos.
5_ ¿SEGURO QUE UNA IMAGEN VALE MÁS QUE MIL PALABRAS?.
Donde el protagonismo lo tienen las imágenes, los dibujos, la gráfica, el ornamento visual.
6_ EN BLANCO Y NEGRO. No hay color.
Porque suelen ir al grano de la idea y a mí me gustan tanto o más que las de color.
Ustedes pueden ver en esta muestra unas cuatrocientas cincuenta imágenes, aproximadamente la mitad del proyecto completo, más que suficientes para comprender lo que fue esta aventura gráfica y de juego con el lenguaje que es NOMBRAR HUMANOS.
Alejandro Martínez Parra. Valladolid. Junio 2020
(Texto de la exposición en el MEH Museo de la Evolución Humana)